jueves, 19 de septiembre de 2013

EL PERFIL DEL DOCENTE DEL SIGLO XXI

INTRODUCCIÓN


Cuando hablamos del Siglo XXI, pensamos en avance, tecnología  Internet, racionalidad científica, la sociedad del conocimiento, entre otros, y todo lo que este relacionado a cambios con un ritmo sin precedentes. El agrupamiento de conocimientos, destrezas, habilidades en lo personal, como en lo profesional deben ser componentes esenciales para desarrollar un buen perfil para el siglo XXI.

Por ende, un educador debe mirar mas allá del momento, debe ser audaz y capaz para demostrar continuamente sus hechos y capacidades. Debe contemplar el tiempo y espacio y concentrarse en el futuro prometiendo ser ejemplar, sin olvidar que este traerá entre sus manos grandes cambios a favor del avance.

La educación basada en competencias (EBC) nace de un interés fundamental: vincular el sector productivo con la escuela, especialmente con los niveles y modalidades que se abocan a la formación profesional y la preparación para el empleo.

El docente de este siglo debe ser una persona capacitada, llena de conocimiento, con un espíritu de equipo, humanista, innovador, creativo, comunicativo y con mucha vocación. Debe poseer un perfil de liderazgo, que tenga la capacidad de influir en sus estudiantes de manera positiva, inculcándole buenos hábitos  valores, costumbres, y sobre todo fomentándole mucha conciencia.  


El perfil del docente del siglo XXI 

La relación entre maestro y alumno debe ser una relación liberadora que se da cuando se comparten conocimientos y herramientas útiles y trascendentales para la vida; un maestro puede transmitir a sus alumnos el amor por la materia que imparte, el amor por la investigación, por el trabajo, por la riqueza de las relaciones de los demás, por la vida y sobre todo, por el descubrimiento y la construcción de si mismo. 

El papel del maestro del siglo XXI es el de un agente de cambio que entiende, promueve, orienta y da sentido al cambio inevitable que nos transforma a todos. Lo que se pide de él es un compromiso con la superación personal, con el aprendizaje, con los alumnos, con la creación de una sociedad mejor y con la revolución educativa y social que se requiere urgentemente. Dado lo anterior, el docente debe ser: 
  • Un modelo de aprendiz
  • Un líder moderno
  • Un cuestionador e investigador
  • Un filósofo
  • Un visionario, que construya proyectos futuros
  • Un formador
  • Un maestro de la vida, que ponga en el centro de su vocación los valores humano
















Ejercer la docencia: ¿vocación, trabajo, profesión, oficio?

El oficio se adquiere en la práctica y ésta se inscribe en las coordenadas institucionales de la organización escolar en la cual se ejerce la tarea. Es en las escuelas, en culturas institucionales específicas, donde los conocimientos de la formación inicial son puestos en juego en la construcción de sentidos para la tarea de educar. Por ello, la modificación de los rasgos e imágenes asociados al ejercicio del trabajo docente no puede ser disociada de la transformación de las instituciones y de las gramáticas escolares que estructuran las experiencias de alumnos y maestros en las escuelas. 




El aprendizaje en la práctica debe ser acompañado de un trabajo sistemático de reflexión, lectura e interpretación de la actividad, de diálogo con el colectivo docente y con la producción del campo pedagógico. De lo contrario difícilmente puede movilizar, cambiar rutinas que están fuertemente arraigadas y es probable que termine reforzando las prácticas existentes sin cuestionarlas. Pero esta posibilidad requiere a la vez de la creación de nuevos espacios de trabajo para el docente y la transformación de las actuales condiciones laborales.



Práctica reflexiva, profesionalización, trabajo en equipo y por proyectos, autonomía y responsabilidad ampliadas, tratamiento de la diversidad, énfasis en los dispositivos y las situaciones de aprendizaje, sensibilidad con el conocimiento y la ley, conforman un «escenario para un nuevo oficio» (Meirieu, 1989).


¿Es el docente un profesional reflexivo?

La docencia encuentra en la denominación de profesional reflexivo una buena definición de lo que es la  práctica docente, porque trata de entenderla en toda  su complejidad y rescata aspectos profundos que  otras metáforas en el pasado no lograban explicar. Sin embargo, esta forma de representar la docencia  no es la única válida actualmente, y, por lo tanto,  es importante tener presente que un buen modelo nos sirve para aproximarnos a la realidad, pero nunca llegamos a tener una visión exacta de ella. Su aceptación y difusión actual tiene mucho que ver  con su capacidad de entender la realidad docente y darle pautas en sinfonía con los complejos contextos en los que deben actuar los profesionales de la educación, dando por tanto una respuesta asertiva a sus necesidades. 

La profesión no es inmutable. Sus transformaciones pasan sobre todo por la aparición de nuevas competencias (relacionadas, por ejemplo, con el trabajo con otros profesionales o con la evolución de las didácticas) o por énfasis de competencias reconocidas, por ejemplo para hacer frente a la heterogeneidad creciente de los públicos y a la evolución de los programas.

El rol del docente frente a nuevas tecnologías  

Hace algunos años existe una tendencia generalizada en la educación, y en la educación a distancia en particular, a explorar e incorporar nuevas tecnologías como recurso pedagógico, por lo que podemos hablar hoy de una “alfabetización tecnológica”, que se correspondería por su magnitud con lo que fue el proceso general de alfabetización en el siglo xix. Si bien la tecnología siempre ha sido utilizada por la educación y para la educación, a partir el advenimiento de la sociedad de la información comienza a hablarse con más insistencia de la “tecnología educativa”, es decir, la tecnología aplicada a la educación como estrategia para optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero para ser efectiva debe tratarse de una tecnología educativa apropiada, que es la “organización integrada de hombres, significados, conceptualizaciones, artefactos simples y/o equipos más complejos, pertinentemente adaptados, que se utilizan para la elaboración, implementación y evaluación de programas educativos que tienden a la promoción del aprendizaje contextuado de un modo libre y creador” (Fainholc, 1992).

La incorporación de las nuevas tecnologías deberían constituir una nueva oportunidad para transformar la docencia para hacer posible nuevas modalidades de enseñanza-aprendizaje pero requieren de nuevas competencias tanto en la preparación de la información como en las guías del aprendizaje. 


Características del docente del siglo XXI
  • Ática y valores
  • Autodidacta 
  • Comunicativo
  • Líder
  • Trabajo en equipo
  • Empatía 
  • Motivación 
  • Aprendizaje continuo 
  • Humanista
  • Facilitador y no un dificultador del conocimiento 
  • Orientador hacia las transformaciones
  • Acompañante del estudiante a través de todo el proceso de enseñanza - aprendizaje 


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barrios, M. d. Perfil del docente en el siglo XXI, en el marco de un modelo educativo basado en competencias. Sede México D.F.: Universidad Panamericana.

DIDAC. (OTOÑO 2005). Desafíos para el profesorado del siglo xxi. UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA.

Perrenoud, P. (2004). Diez nuevas competencias  para enseñar. [en línea]. Obtenido de:https://uvmonline.blackboard.com/bbcswebdav/courses/UVM-POHE1173-28MB03L201365M2/Lectura%2012%20Diez%20nuevas%20competencias%20para%20ense%C3%B1ar%20_Perrenoud_.pdf. (10 septiembre 2013)

Zabalza Miguel A. (2003). Competencias docentes del profesorado universitario . Narcea, España. Recuperado el 04 de abril de 2013:http://telesecundaria.dgme.sep.gob.mx/formacion/interior.pdf

Por: Lizbeth Uribe Rodríguez 
"En las manos de los educadores se encuentra gran parte de la responsabilidad de formar ciudadanos responsables, como seres constructores del futuro."

Enlace de video sobre El nuevo perfil del maestro en el siglo XXI http://www.youtube.com/watch?v=j9nXOrlcdLc

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